024| Todas las cosas grandes y pequeñas en Amazon
Amazon combina una estrategia brillante en el streaming con una imagen errática como marca audiovisual
Bienvenidxs una semana más a la newsletter de “Over The Top”, en un mes cargadito de estrenos y novedades tanto en series, como en cuanto a industria audiovisual se refiere.
Y de industria audiovisual va precisamente esta semana la Newsletter; ya que hoy por fin se publica éste artículo que estáis leyendo, y que en principio estaba previsto que hubiese salido a la luz a finales de Junio (es el tercero de los tres que quedaron a medio cerrar con mi ya pasado contratiempo hospitalario). Asi que espero que os guste.
Las plataformas de streaming se están transformando para afrontar la presión de los mercados en busca de la rentabilidad. Una carrera que es totalmente desigual, dado que empresas como Warner o Disney (pertenecientes a antiguas “majors” y grandes núcleos de producción audiovisual) tienen condicionantes muy diferentes y están adoptando estrategias divergentes respecto a las que puedan tener empresas tecnológicas como Netflix y Apple, o a gigantes de los servicios como Amazon.
Y precisamente de Amazon quiero hablaros hoy, una de las primeras empresas en seguir (hace ya casi siete años) los pasos de Netflix en el nuevo negocio audiovisual; todo ello con el fin de completar, el que ya era entonces un inmenso catálogo de servicios, y aprovechar de esta manera las sinergias con el resto de sus apuestas (aumentando las ventas de su ciclópea tienda online con referencias cruzadas de todo tipo). Una Amazon, que a día de hoy sigue aprovechando de forma magnífica la integración de todos sus productos, en una estrategia modélica que voy a intentar analizaros detenidamente.
La estrategia de la araña
El 7 de septiembre de 2006, nacía en Estados Unidos “Amazon Unbox”, una enorme biblioteca de contenido audiovisual que rápidamente se agregaría al servicio de suscripción “Prime” como servicio de video bajo demanda, y que dos años más tarde sería renombrada como “Amazon Video on Demand”. Los cimientos de una futura división de contenido audiovisual estaban ya puestos.
Tras adquirir el servicio de streaming británico “LoveFilm” en 2011, se produjo un nuevo cambio de nomenclatura, y esa división de vídeo pasó a llamarse “Amazon Instant Video”, la cual comenzó una expansión por Europa que culminó el 14 de diciembre de 2016 (poco más de un año después de que aterrizara Netflix en nuestro país, y de que lo hiciera HBO) ya como “Amazon Prime Video”. Y así con ese nombre, se instaló en nuestros hogares hasta hace no mucho, cuando perdió el “Amazon” que indicaba su filiación, quedándose finalmente con el nombre de “Prime Video”.
Desde el principio, Amazon apostó por una estrategia empresarial que le dio numerosos éxitos y que la ha convertido en la principal tienda online a nivel planetario, teniendo como objetivo principal fidelizar las compras (de todo tipo, tamaño y condición) de sus clientes. Para ello, ideó su suscripción “Prime”, un paquete multiservicios donde pagando una pequeña cuota anual (durante mucho tiempo 20€/anuales y desde el año pasado 50€/anuales) tenías acceso a un gran cúmulo de ventajas, siendo la principal, los envíos gratuitos de la mayoría de productos de su gigantesca tienda y las ofertas “flash” en momentos y días concretos. Pero además, acceso a almacenamiento de fotografías en una nube privada, a un catálogo de música y libros electrónicos (limitado), o a una suscripción gratuita a tu canal de “Twitch” favorito (el servicio de “streaming” en vivo, competidor de YouTube). Y sí, también al catálogo de “Prime Video” con sus series originales y películas.
Una de las cuestiones más curiosas del paquete imbatible de servicios y líder mundial en suscriptores (por delante incluso de Netflix en muchos países, como Estados Unidos) ha sido siempre el carácter limitado del acceso a estos catálogos de música y libros. Por ejemplo, “Amazon Prime Music” te daba acceso a 2 millones de canciones sin publicidad, que son muchas, pero no tantas como las que disponías pagando “Spotify” (35 millones aproximadamente) o “Apple Music” (45 millones). ¿Que pasaba si querías más? ¡Pues que tenias que pagar más! Porque sí, existía y existe un servicio de streaming de Música adicional llamado “Amazon Music Unlimited”, que te da acceso a un catálogo completo de canciones similar al de las anteriores por un precio adicional de 10,99€/mes (precio similar al de Spotify y Apple Music). Y lo mismo con los libros, ya que también hay un “Amazon Kindle Unlimited”.
¿Y “Prime Video”? Bueno, en “Prime Video” no era así exactamente, aunque en el fondo ese rascado de euros adicionales del cliente, se hacía, se hace y se va a seguir haciendo en breve, de otra manera.
Una de las cuestiones que siempre más han criticado los clientes de Amazon del servicio “Prime”, ha sido precisamente el tránsito de determinadas producciones cinematográficas del catálogo, entre la gratuidad de la suscripción “Prime” y el pago eventual por compra o alquiler (PVOD o “Pay Video On-Demand”). Una película de repente estaba en catálogo para ser vista de forma gratuita y algunas semanas o meses después, si querías verla, debías de pasar por caja para su visionado (la saga Bond, por ejemplo, se ha dedicado continuamente a entrar y salir del catálogo de Prime). Aparte, la integración en la interfaz del servicio de películas gratuitas y de pago, no ayudaba al suscriptor en nada a este respecto. Todo un poco irritante, viniendo además de una tienda que siempre ha abusado de prácticas para ajustar el precio de determinados artículos arreglo al stock y la demanda.
Pero la cosa no ha acabado ahí, ya que esa forma de arañarle euros extra al cliente, todavía verá una vuelta de tuerca más cuando en unos meses, el usuario tenga que hacer un pago extra mensual adicional, para eliminar los anuncios que piensan incluir dentro del visionado de sus producciones y del catálogo completo de Prime Video. El concepto “Unlimited” llevado a su servicio de vídeo en su máxima expresión.
Amazon sigue pues, una estrategia basada en tejer una red de servicios que se tornaron imprescindibles para muchos, y que se han combinado desde hace años con otros que son mero escaparate del contenido completo (los servicios completos “Unlimited” más caros), destinados a sangrar lentamente a aquellos que quieran tenerlo todo en las mejores condiciones posibles.
La Ciudad de los Canales
El 17 de Marzo de 2022, Amazon adquiría oficialmente MGM por 8.450M$ tras el visto bueno de las entidades reguladoras, y con “Metro-Goldwyn-Mayer”, una de las mayores librerías de contenido audiovisual disponibles en el mercado. En un principio, gran parte de ese contenido recién adquirido pasó a engrosar la biblioteca de “Prime Video”, pero tal y como ocurría anteriormente con el cine y su paso al PVOD, éstas también lo han hecho por un período de tiempo limitado.
Para Amazon, la idea de rentabilizar las series y el cine de MGM, va unida a una nueva estrategia consistente en potenciar los “Prime Video Channels” como una nueva fuente de ingresos adicionales; y más concretamente su nuevo Canal MGM+ (recientemente así renombrado, tras adquirir todo el contenido de Lionsgate+ en varios paises). Y si habéis entrado recientemente en Prime Video, no os habrá pasado desapercibida la sobreabundancia de series recomendadas en los lugares más destacados… provenientes de todos esos canales que requieren un pago adicional. Una apuesta que además es doble, ya que permite a Amazon tener un servicio complementario de video en “streaming” (de pago), y además meter la cabeza en el negocio paralelo del cable (MGM+ aúna los antiguos canales de cable EPIX y MGM).
Como forma de potenciar el nuevo servicio, irán estrenando pronto unas cuantas nuevas y atractivas producciones originales como las recientemente anunciadas "Emperor’s of the Ocean Park" o el drama artúrico “The Winter King”. Si quieres verlas, tendrás que hacer un pago adicional mensual de 4,99 €/mes, ya que nada de esto entra en "Prime Video”. Pero no sólo eso, ya que la saga Bond y la mayor parte de la librería de cine de MGM, han acabado en países como EE.UU. dentro de MGM+. Amazon no deja de engordar el catálogo del nuevo servicio incluso con licencias de terceros que no pisan "Prime Video” bajo ningún concepto. ¿Por qué tener todo en un mismo sitio, pudiendo tenerlo en dos y cobrar por ello?
Hablamos pues de una “segunda cadena” en toda regla; una que fragmenta la suscripción en dos niveles para quien quiere verlo todo o quien quiere ver más; el “Unlimited” del video, reformulado de forma brillante. Si hubieran decidido aumentar el catálogo de “Prime Video” con las nuevas series y películas del sello MGM, nunca les hubiera resultado tan lucrativo como diversificar el producto a través de diferentes suscripciones.
Lo de los Canales o “Channels” no es nuevo, ya que Apple también lo lleva explotando hace años, aunque nunca derivando contenido propio desde su servicio principal, sino como una especie de “store" de mini-plataformas de “streaming" o de servicios aparte como el correspondiente al “soccer" norteamericano (MSL).
Hagamos un poco de memoria en el caso de Amazon: En 2015, la compañía lanzó el Programa “Streaming Partners” (el ahora conocido como “Amazon Channels”), una sección que ofrecía otros servicios de streaming de terceros a los suscriptores de Amazon Prime a través de la plataforma Amazon Video. Estos servicios eran independientes de la oferta de Amazon Video y debían pagarse por separado. El lanzamiento original en EE. UU. incluyó servicios como “Curiosity Stream”, “Lifetime Movie Club”, “Showtime” o “Starz”. Una forma de ampliar la oferta de contenido y agenciarse en buena lid, una parte de las suscripciones a empresas audiovisuales con catálogos pequeños o sin plataforma de streaming propia. Yo te doy un escaparate y una infraestructura, y tu me das un porcentaje de lo que ingreses a través de ésta (el modelo Apple Store, vaya). El negocio en principio es tan rentable, que desde entonces no ha parado de crecer.
Aqui en España el modelo también ha explotado en los últimos meses con la incorporación de “Acontra+”, “AMC+”, “DAZN”, “FlixOlé”, “Acorn”, “Qello”, “Mubi” y un sinfín de canales de todo tipo que abarcan música, deportes y programas de entretenimiento. Nada nuevo que no tuviéramos ya visto de los paquetes de cable “premium” tradicionales, que incluso operadoras como ONO también comercializaron aquí.
Reinventar la rueda siempre funciona, y más si lo sabes hacer tan bien como lo hace Amazon.
Una pausa para la publicidad
En los últimos meses, las plataformas han empezado a desprenderse de parte del catálogo menos rentable (Warner, Disney…) para licenciarlo a las plataformas FAST en una suerte de nueva sindicación (televisión online gratuita con anuncios y un sinfín de canales tematizados). El negocio del FAST, como ya conté AQUÍ está en alza, y no deja de crecer gracias a la publicidad y a las personas que no quieren pagar por ver televisión online.
De hecho, muchas de las empresas audiovisuales ultiman con prisas sus propias apuestas en este terreno; pero Amazon no. Amazon lleva construyendo su propia televisión gratuita con anuncios desde hace años; desde que compró “Internet movie Database” (Imdb) y lanzó su servicio de televisión con la conocida marca, hasta que el año pasado la renombró como “Freevee” y empezó a meter contenido original en ella, convirtiéndola en pocos meses en todo un fenómeno en EE.UU. gracias a programas como “Jury Duty” (“El Jurado”, estrenada medio clandestinamente este mismo verano en España).
Freevee funciona muy bien, y no sólo en cuanto a audiencia (ya es una de las plataformas que mayor crecimiento ha tenido este año en USA), sino que además sus series originales como “Primo” empiezan a aparecer en las listas de lo más destacado del año de la crítica norteamericana.
Hace unos meses, como parte de su presentación a los anunciantes en el IAB NewFronts, Amazon anunció que tenía pensado traer más de 100 series y películas de Amazon Original de Amazon Prime Video a su servicio de streaming gratuito con publicidad. Los títulos, que en una primera oleada incluyeron su superproducción “Citadel” (tras su estreno en Prime Video) se seguirán lanzando durante todo el año, para que las empresas puedan anunciarse en ellos dentro de Freevee.
A día de hoy, Freevee supone una tercera vía de ingresos para la empresa (junto al servicio principal y MGM+) y sirve como escaparate en un segundo nivel, de toda la producción audiovisual de “Amazon Studios”
Pero Amazon, no deja de lado ninguna fórmula que suponga rentabilizar mejor el contenido que ya produce, y estaba meridianamente claro que la cuarta pata de su estrategia audiovisual, un “Prime Video” con anuncios, no tardaría en llegar.
Hace unas semanas saltó la noticia de que a principios de 2024, Amazon añadirá anuncios a Prime en EE. UU., Reino Unido, Alemania y Canadá; seguidos por Francia, Italia, España, México y Australia a finales de 2024. A esto habrá que añadir la posibilidad de hacer un pago mensual adicional, que por el momento para EE.UU. se cifra en 3$/mes adicionales, por eliminar la publicidad que incluya el contenido de la plataforma.
Pasaremos por lo tanto de pagar los 5€ al mes actuales, a unos 8€ para mantener exactamente lo mismo que tenemos ahora. Una subida de precios encubierta en toda regla, sin ningún beneficio añadido para el usuario y a costa de empeorar las condiciones del servicio. Una maniobra que va a ser bastante impopular cuando termine implementándose, porque no se trata de crear una tarifa con anuncios más barata, sino de empeorar ostensiblemente las actuales.
Nos queda por saber cómo implementará este pago Amazon, aunque lo más lógico sería pensar que no será integrado junto al pago anual de Prime, sino más bien como un pago adicional mensual a la manera de los que ya hace el usuario cuando contrata uno de sus canales. Un hecho por cierto, que no sólo facilitaría que el usuario por pereza o desconocimiento optara por la vía de asumir el contenido con publicidad incluido de forma natural (lo que beneficia mucho más a la plataforma), sino que además importaría valiosa información a la misma acerca de cuantos usuarios realmente fieles y activos estarían dispuestos a hacer ese pago aparte, por ver las series y películas libres de anuncios.
Y no, Amazon no va a limitar a corto o medio plazo el uso de las cuentas compartidas, porque una vez que el grueso de sus suscriptores estén viendo anuncios por defecto en sus contenidos, le resultará más interesante que esos anuncios los vea el máximo número de personas posibles. Al menos en principio, eso es lo que la lógica empresarial de esta estrategia nos hace pensar.
Para Amazon por lo tanto, la inclusión de la publicidad por múltiples vías, algo para lo que tienen ya una maquinaria perfectamente engrasada y entrenada durante todos estos últimos años, no haría sino cerrar un círculo virtuoso estratégico destinado a la rentabilización máxima de cada dólar invertido en el sector audiovisual.
El elefante en la habitación
Pero volvamos a las series. Prime Video actualmente basa su estrategia en un puñado de producciones anuales de gran presupuesto que puedan ejercer un efecto imán para atraer suscriptores nuevos a su ecosistema (como “Los Anillos de Poder”); pero además, refuerza su catálogo con mucho contenido local; y no sólo de producciones originales (en nuestro caso españolas) sino también con el pre-estreno de series que luego son emitidas en la televisión convencional lineal (a estos efectos existe un acuerdo muy jugoso con Mediaset España). Así pues, los responsables de Amazon España no dejan de tejer alianzas con los principales actores del mercado español.
Hace un par de meses precisamente, se asoció también con Atresmedia, para integrar todo su contenido exclusivo dentro de su plataforma siguiendo la fórmula de los Canales anteriormente explicados. Lo hizo, estrenando a bombo y platillo una tarifa familiar bastante extraña por 8€ al mes, con tres reproducciones simultáneas (las mismas que ofrece la plataforma base Prime video donde se aloja), y frente a la habitual tarifa de 5€ sin “simulcast”. En definitiva, más contenido adicional para que el usuario elabore su propio “bundle” de servicios con pagos que se realizan a través de la propia Amazon. Prime Video, recordemos, no es sólo una plataforma de streaming, sino también un supermercado de plataformas de las cuales se cobran un porcentaje en las suscripciones.
Por otro lado, la apuesta por la producción local sigue la estela de Netflix con proyectos precisamente tan ambiciosos como la antes mencionada “Citadel”, que busca crear una IP (Propiedad Intelectual) rentable que combine las series norteamericanas super-producidas, con “spin-offs” realizados en terceros países. El primero de ellos “Citadel: Diana” rodado en Italia, ultima su preparación, y a éste le seguirán otros en India o México.
Por todo ello resulta muy curioso, que ahora que se ha optado por el contenido local con formatos conocidos y aceptados por el gran público de cada uno de los países, (aquí en España “El Castillo de Takeshi”, alias “Humor amarillo”, o la propia “Operación Triunfo”), y se ha acabado definiendo una identidad localista muy marcada para su propuesta de “streaming”, en cambio, las producciones internacionales de mayor presupuesto a las que da luz verde, parecen seguir careciendo de identidad alguna. Porque… ¿ Qué tipo de series son las “Series Amazon”?
Las series producidas por Amazon Studios, siguen sin tener una imagen reconocible ni estilo propio (como si lo tienen las de Apple, Disney, FX, HBO, Paramount….o incluso Netflix). Por otro lado, sus grandes producciones tampoco acaban de tener un éxito absoluto que les posicione en la infinita pléyade de estrenos anuales (“Los Anillos de Poder” estuvo fuera de los premios y “tops” de la crítica, y tuvo unos porcentajes de finalización entre la audiencia de entre el 30 y 45%), aunque sí cumplió en la parte de conseguir nuevos suscriptores para el servicio.
En un magnífico artículo de hace unos meses, Kim Masters en THR hablaba precisamente de este problema, y señalaba como muchos ejecutivos de Amazon, así como “showrunners” con series en el servicio y distintos agentes, pensaban que que esto no era fruto de la casualidad. Todos ellos describían Amazon Studios como un lugar frustrante donde hacer negocios, sin ningún sentido, filosofía empresarial o de proyecto global; un lugar donde las decisiones se tomaban en apariencia de forma muy aleatoria. Al fin y al cabo… ¿Qué tienen en común “Transparent”, “La Maravillosa Señora Maisel”, “Fleabag”, “Todos quieren a Daisy Jones”, “The Boys”, o “Jack Ryan” (por citar algunos de sus grandes éxitos)? La compra de licencias a terceros, tampoco parecía levar una línea muy clara y definitoria de lo que se adquiría, y mucho ejecutivos de productoras se lamentaban de que no sabían qué tipo de producto exactamente venderles, quedándose con una cierta sensación de caos respecto a la empresa.
Esa sensación de caos que describían, se reforzó también de cara al público con el baile de “showrunners” en “Citadel”, que hizo subir la factura de producción hasta convertirla en la segunda serie de televisión más cara de la historia (más por tirar mucho de lo que había rodado el primer “showrunner” Josh Applebaum y por los consiguientes “re-shoots”, que por lo visto finalmente en pantalla). Unas cifras de gasto récord, cuando ni siquiera la serie entró en la lista de los 10 programas más vistos en EE.UU. en su estreno (datos de Nielsen).
La errática imagen, ha seguido con las cancelaciones (después de haber sido ambas renovadas) de “The Peripheral” y del “reboot” televisivo de “Ellas dan el golpe”, aduciendo como razón las huelgas en curso y el consiguiente retraso a 2025 de sus futuribles vueltas.
Y más… porque por si esto no fuera poco a día de hoy, seguimos esperando que el contrato de 20M$ exclusivo con Phoebe Waller-Bridge (“Fleabag”) dé alguna serie como fruto, alguna película… documental… ¡algo!
A principios de verano, el CEO de Amazon Andy Jassy, se puso serio con Amazon Studios, pidiendo explicaciones a su responsable Jen Salke, sobre en qué se gastaba cada dólar (7.000M$ sólo el año pasado) de ese contenido original que nunca llega a alcanzar las cotas de popularidad, de casi cualquier cosa que produce Netflix. Y de ahí, parece que se estableció una nueva directriz en la compañía de gastar menos y gastarlo mejor, de potenciar la calidad de sus producciones por encima de la cantidad, y de en definitiva racionalizar un gasto, tal y como ya están haciendo todas sus competidoras.
A pesar de su estrategia comercial indiscutiblemente impecable, basada en la modularidad de las suscripciones y la rentabilización del contenido a través de diferentes vías (con y sin publicidad), a Amazon aún le queda un largo recorrido por andar en cuanto a sus sistemas de selección y producción de un contenido, que a día de hoy carece de un denominador común claro. Su mejor espejo en este sentido, podría ser la otra tecnológica vecina en el negocio del “streaming”: Apple.
Las sorprendentes sinergias
Al hilo de sus mejores virtudes y defectos, Amazon durante este último año ha seguido igualmente implementando algunas estrategias, con vistas a hacer más rentable su negocio del vídeo.
Por ejemplo, compró la película “Air” por 160M$ (con Matt Damon y Ben Affleck ganando más dinero por ella que en su vida) y decidió convenientemente estrenarla primero en salas, aunque sólo consiguiera 90M$ de taquilla (cifras globales), demostrando que quizás se habían emocionado demasiado extendiendo los cheques a Damon y Affleck. El paso por el catálogo de Prime, tampoco provocó ningún terremoto, pero probablemente veamos a Amazon repetir el proceso de aprovechar y exprimir más las ventanas de distribución de aquello que adquieren o producen, antes de meterlas en el “streaming”.
Otra decisión con todo el sentido, fue diseñar un plan de “sindicación” de la mano de su nueva distribuidora “Amazon MGM Studios Distribution”, para vender algunos de sus originales como “La Maravillosa señora Maisel”, que con 43 episodios, aún estaba un poco lejos de los 100 tradicionales que antes las “networks” solían licenciar a cadenas locales y regionales, pero que han compensado con la creación de paquetes. El primero de ellos que han tratado de colocar, contenía películas (“El príncipe de Zamunda , “La guerra de Mañana”, etc.) y algunas producciones de MGM como “Fargo”, “El Cuento de la Criada” o “Vikings” junto con la mencionada “Maisel”. Otra buena vía de rentabilizar series que ya han pasado por su pico de visionado en el catálogo, y que sigue la senda de la televisión clásica para amortizar lo ya emitido.
Y otro clásico que cada vez vamos a ver más en los agentes del “streaming”: La licencia compartida de derechos; un buen sistema para amortizar costes. Si bien, ya en otros operadores habíamos empezado a ver estrategias de compras de derechos muy localizadas y no globales (del estilo de la que hizo Disney con la serie “Las buenas madres”, que licenció sólo para estrenarlas en tres o cuatro países), Amazon parece estar dispuesta a entrar de lleno en este terreno también. “Costiera”, la nueva serie del director Adam Bernstein ("30 Rock", "Fargo", "Better Call Saul") está siendo co-producido por Amazon Studios y Lux Vide (productora italiana) y se verá en Prime Video en Italia, Francia, España y Portugal donde Amazon tendrá los derechos de emisión. Por contra en el resto del mundo, será su socio italiano el encargado de las ventas (sobre todo en el mercado angloparlante). Una nueva forma de entender el negocio, alejado de la exclusividad y globalidad de los buenos tiempos del “streaming”, y que rápidamente todas las empresas competidoras ya están también adoptando.
A esto hay que sumarle la potenciación de sinergias internas con la tienda “on-line” que desde hace tiempo Amazon llevaba haciendo a través de su “x-Ray” en el menú secundario de visionado de una serie. De esta manera, mientras ves por ejemplo “Todos quieren a Daisy Jones”, puedes acceder vía enlace a comprar el libro en el que se basa la serie, o a adquirir su banda sonora. Y ahí es donde Amazon aún tiene un buen margen de beneficio y de implementación e integración de todo el ecosistema de servicios (Amazon music, Kindle, “AfterShows” en Twitch….) algo que parece que podremos seguir viendo este mes, con productos como “Operación Triunfo”.
Una apuesta tecnológica
Para acabar este pequeño análisis sobre la estrategia de Amazon en el “streaming", no podemos dejar de obviar uno de sus puntos más fuertes, y que no es otro que su carácter de empresa tecnológica; no en vano, muchas de las autopistas de internet llevan su sello.
En Amazon, el 4K no es negociable y viene de serie, no es un lujo “clase business” que haya que pagar aparte, y forma parte del corazón del servicio de VOD; gracias sobre todo a su división de transporte de datos a través de la red (AWS), la cual consiguió en marzo de este año reducir costes en un 90%, y que a día de hoy permite ofrecer a sus clientes una calidad de visionado incomparable.
En el aspecto puro del I+D, respecto al visionado de sus productos, Amazon persigue mejoras constantes. De hecho en Abril de este año, anunció su función “Dialogue Boost”; inicialmente creada para ayudar a espectadores con problemas de audición, y destinada a aumentar el volumen de los diálogos en series y películas (en relación con la música de fondo y los efectos y explosiones); un problema que muchas veces nos obliga a usar los subtítulos para enterarnos de algo que han dicho los personajes. “Dialogue Boost“ analiza el audio original de una película o serie e identifica los puntos en los que el diálogo puede ser difícil de escuchar. Luego, los patrones de habla se aíslan y el audio se mejora para que el diálogo sea más claro. Según Amazon, el enfoque basado en la IA ofrece una mejora específica a partes del diálogo hablado, en lugar de una amplificación general en el canal central en un sistema de cine en casa. Lo podremos disfrutar ya en equipos de sonido de alta gama y en algunas televisiones, a través del menú desplegable de audio y subtítulos "English Dialogue Boost: Medium" o "Dialog Boost: High”.
Por último, cabe destacar su apuesta por los dispositivos físicos para ver televisión “online” como los "Fire TV” y los altavoces inteligentes Alexa, con una amplia gama y precios bastante más bajos que otros productos de la competencia; cerrando de esta forma el círculo de un ecosistema con muchos puntos fuertes y algunas sombras importantes aún por despejar (sobre todo en cuanto a la creación de contenidos exitosos y significativos). Su carácter de “bundle” de servicios casi imprescindible para el consumidor (sobre todo por la gratuidad de los envíos de sus tienda “online”) y su cada vez mayor carácter de tienda de contenidos de terceros y canales de televisión lineal dentro de Prime Video, la hacen estar en una posición inmejorable de cara al futuro.
Amazon parece ser ese guerrero silencioso que se mantiene vivo y permanece en pie, ajeno a todas las batallas que los demás libran con sus accionistas, con la rentabilidad, e incluso con sus usuarios proclives a prestar la contraseña a amigos y conocidos. Y lo hace ofertando el precio de suscripción más barato del mercado; dando muchas más cosas que los demás (no sólo series y cine), por menos dinero. Hasta ahora.
Y hasta aquí la newsletter de esta semana, no olvidéis que en la Tienda de “Fuera de Series” seguimos teniendo todo tipo de productos de nuestra marca con un 10% de descuento, si usáis el código OVERTHETOP, lo cual es una excelente excusa para hacerse con uno de ellos.
Volvemos a escucharnos el próximo fin de semana en el podcast. Hasta entonces…¡Un fuerte abrazo a todxs!
024| Todas las cosas grandes y pequeñas en Amazon
Gracias José Luis por este magnífico análisis.