020| No es Televisión, es Apple TV+
Apple se consolida en el negocio del "streaming", con una apuesta diferenciadora y de calidad
Bienvenidxs a la última newsletter de la temporada, la primera de “Over the Top”, que concluye aquí y que se reanudará de nuevo a mediados de Septiembre. Gracias a todos por acompañarme en este maravilloso viaje a través de la nueva televisión, que no hubiera sido posible sin vosotros. No puedo estar más contento con la acogida que le habéis dado al proyecto y que se ha venido enriqueciendo con vuestros comentarios en cada post, y con vuestras constantes muestras de cariño y aprecio, tanto por aquí como en nuestra pequeña comunidad de Telegram. De nuevo, gracias.
Para cerrar esta primera parte del 2023, hoy voy a hablaros de mi plataforma favorita de streaming en lo que llevamos de año (ya lo fue también en 2022 por la calidad del contenido que estrenó), y que no es otra que Apple TV+. Pero antes, un pequeño apunte sobre Disney+.
Disney+ tras los pasos de Netflix
En el último episodio del podcast de “Over the Top” os hablaba de una subida inminente de los precios de la plataforma Disney+ en todo el mundo y específicamente en España. Pues bien, ayer vía nota de prensa se hicieron públicos los nuevos planes y tarifas en nuestro país (gracias a mi querido Juan Francisco Bellón por la info detallada).
Aparece el nuevo plan con Anuncios a imagen y semejanza del de Netflix (5,99€/mes) y sorprendentemente mantienen el plan intermedio en el mismo precio, lo que es muy buena noticia (Netflix cobra 12,99€ por lo mismo, es decir 4€ más al mes). Lo malo es que ese plan pierde el 4K y pasa de 4 a 2 dispositivos de visionado simultáneo. Por otro lado, el 4k, ese avance de la tecnología al alcance sólo de jugadores de fútbol de la Liga de Arabia Saudí, pasa a costar 11,99€ (ostensiblemente más barato que los 17,99€ de Netflix) manteniendo los 4 dispositivos simultáneos.
¿Podría ser peor? si, porque de hecho es peor. También anunciaron el final de las cuentas compartidas (están estudiando como implementarlo) y ojalá no sea como ya os conté en el podcast limitando el número de dispositivos activos (cosa que han hecho en sus pruebas en la India). Por último, además de reportar sus números (que analizaremos a finales de mes en el FdS: Over the Top) dejaron caer que van a bajar su ritmo de estrenos, y el coste de los mismos, no sabemos si anticipándose a que la huelga de guionistas se prolongue hasta el día del Juicio Final o porque tienen menos liquidez que un club de fútbol español; en todo caso, si la gente ya se quejaba de los últimos CGI de las series de Marvel, agarraros al asiento para los próximos estrenos. En fin, el “streaming” está en quiebra y es lo que toca. Próxima parada: HBO Max.
Y hecho todos estos apuntes, hoy toca hablar de la única plataforma que ni sube precios, ni escatima el 4K. Hoy hablamos de Apple TV+.
Apple TV+: Esa otra plataforma
Si bien es cierto que hace ya mucho que dejé de llevar la camiseta de Apple, y que normalmente soy muy escéptico con los movimientos de la empresa de Cupertino, (aunque siga usando muchos de sus productos), es de justicia y más en la coyuntura presente en la que nos encontramos con las plataformas de “streaming”, que pongamos el foco en aquellas propuestas que dan una mayor calidad de producto al menor precio posible.
Desde mi punto de vista, la plataforma tecnológica de la que os voy a hablar, ha pasado a encabezar junto con Prime Video el listado de bajo coste mensual de suscripción (sin anuncios) con un aceptable ritmo de estrenos y una completa y variada oferta, la mayor parte de las veces rozando la excelencia (al menos, en cuanto a la calidad visual de sus producciones). Apple TV+ a día de hoy sigue estando muy por debajo en cuanto al ritmo de estrenos de sus competidoras, pero se ha ganado un bien merecido prestigio con el cuidado y el mimo con el que selecciona las producciones destinadas a hacer llegar a sus suscriptores; y eso, bien se merece un artículo aquí.
Esto con Jobs no pasó
Steve Jobs tenía un sueño. Tras revolucionar la forma “legal” de consumir música con iTunes, y atar a las principales discográficas (a regañadientes de éstas) a las nuevas reglas del juego que el mismo impuso a través del iPod y la propia iTunes, se dispuso a hacer lo mismo con la televisión. En 2005 salió al mercado el primer iPod para consumo de video, y fue entonces, cuando dejó vislumbrar sus planes para poner al alcance de todo el mundo, el consumo de cine y televisión en sus dispositivos. En principio con la posibilidad de compra, por parte de los usuarios, de episodios y temporadas completas de algunas series (“Perdidos”, “Mujeres desesperadas”, “Anatomía de Grey”…) a través de iTunes en un número reducido de países.
Tras la salida al mercado del primer Apple TV en 2007, aparecía por fin el dispositivo conectado a la tele que permitía comprar, descargar y almacenar contenido audiovisual (de nuevo vía iTunes en algunos países, y vía Torrent, en el resto del mundo), y se empezó a desarrollar una estrategia que pretendía revolucionar el mercado del consumo televisivo de la misma manera en la que lo había hecho con la música. Desgraciadamente esta vez Jobs ya no pilló por sorpresa a los estudios de Hollywood y a las cadenas de televisión, y la mayor parte de ellas se negaron a pasar por el aro. Eran los tiempos del auge de las ventas del cine y las series en DVD y Blu-Ray, de las inamovibles ventanas de distribución, pero sobre todo de los paquetes de canales de cable integrados.
Jobs odiaba “lo horrible y lo miserable” a partes iguales. Y ambas cosas se podían aplicar a los paquetes de cable que se comercializaban en EE.UU. (y en España a través de operadoras como ONO y del resto de “telecos”). Interfaces pleistocénicas y agrupaciones de contenido deleznable, en ofertas que destacaban sobre todo por el número de canales ofrecidos, y no por su calidad (salvo honrosas excepciones). El usuario contrataba un paquete determinado, y realmente tenía muy poca capacidad para elegir exactamente por qué canales pagar y por cuales no.
La idea de Jobs, era crear un servicio de agregación de canales a través del Apple TV (y de la Store de Apple) en el que cada usuario pagara única y exclusivamente por aquellos contenidos (sobre todo “Premium”) que quisiera ver, con una interfaz unificada; haciendo básicamente un “cord-cutting” en toda regla. Obviamente a los diferentes conglomerados mediáticos, la idea les pareció tan poco conveniente como la del día en la que el usuario pudo empezar a comprar canciones sueltas en iTunes, en lugar de los LP completos con sus correspondientes temas de relleno.
Así pues, esa idea que contó con una oposición frontal, nunca llegó a materializarse completamente. La televisión que Jobs tenía en mente, nunca se llego a desarrollar con él al frente de Apple. El Apple TV fue recibiendo aplicaciones de algunos de esos servicios a medida que el concepto OTT calaba en la industria, pero nunca lo hicieron en forma de “bundles” o de integración dentro del dispositivo, sino como un añadido para los suscriptores de sus canales de cable respectivos en muchos de los casos. La agregación de canales unificada bajo una misma interfaz, tendría que esperar unos cuantos años más.
Cuando todo es Apple TV
Si hay algo que me ha disgustado de Apple a lo largo de los últimos años es el “naming” de gran parte de sus productos y servicios (¿llegaremos a ver un iPhone 37?), pero de entre todas las pifias que subjetivamente puedan rechinarle a alguien o no, la cansina insistencia por nombrar a todo lo que tiene que ver con sus productos de televisión como “Apple TV” se lleva la palma (y menos mal que no llegaron nunca a sacar al mercado su largamente rumoreado aparato de televisión, porque adivinad que nombre hubiera llevado).
Veamos todo lo que en Apple es simultáneamente “Apple TV”: En primer lugar, así se llama su “Set top box” para poder ver televisión y otros servicios de “streaming”, transformando tu “caja tonta” (incluso desde antes de que llegaran las “Smart TV”) en un centro multimedia. En segundo lugar, “Apple TV” es también la aplicación que actúa como “hub” integrado de televisión y que ofrece contenido audiovisual de varias plataformas (recuperando en parte el sueño de Jobs). Y por último, tenemos “Apple TV+”, que es su propio servicio de suscripción con sus contenidos exclusivos, accesible también a través de la aplicación anteriormente mencionada.
Ahora bien, si el “cacharrito” en cuestión, y el servicio OTT bajo suscripción de la empresa manzanera ofrecen poco lugar a la duda, ¿Qué narices es Apple TV, “la App”, y para qué sirve?
La App de facto, viene por defecto instalada en la mayor parte de los dispositivos que soportan el servicio de suscripción: Macs, iPads, iPhones, televisores y consolas de otros fabricantes. Y al margen de tener contratado el servicio OTT “de pago” de la propia Apple (Apple TV+), es un centro bastante útil para acceder a otros servicios de “streaming” de los que seas suscriptor, además de permitir comprar o alquilar sobre todo películas procedentes de su servicio clásico iTunes.
En un dispositivo Apple, al abrir la aplicación Apple TV, podremos acceder a enlaces directos de determinados programas de HBO Max, Disney+, Prime Video, SkyShowtime o A3Player, entre otros. Si estamos suscritos a algunos de ellos, nos abrirá automáticamente la aplicación del servicio externo en cuestión y nos reproducirá el contenido seleccionado. Igualmente, en la sección “A Continuación” nos aparecerá una galería de fotogramas en carrusel de las series en curso (de los anteriores servicios mencionados a los que estemos suscritos) con el episodio en cuestión por el que nos llegamos y un acceso directo al siguiente, francamente útil (al menos para mí).
El sueño de Steve Jobs materializado en forma (no del todo en el fondo); puesto que además algunos de estos servicios pueden ser facturados a través del sistema de suscripciones integradas de la App Store de Apple. De esta manera uno puede construirse su propia parrilla televisiva a través de la aplicación mencionada, integrando y pagando desde dentro del propio sistema Apple, los HBO Max, Disney+ o SkyShowtime.
Además, dentro de la propia App se pueden contratar canales adicionales (un sistema que Amazon está explotando en todo su esplendor), pudiendo añadir las suscripciones adicionales de pequeños servicios de streaming como AMC+, Noggin o el “MLS Pass” (el “soccer” de la liga USA).
Aclarado el follón de nomenclaturas, pasemos a hablar de Apple TV+, el servicio de contenido exclusivo de cine y televisión que alberga toda la producción original (no tiene programas licenciados de terceros a día de hoy) de la propia Apple.
La nueva HBO
En 1972, el servicio de cable que había creado Charles Francis Dolan en el Bajo Manhattan, se convirtió en HBO o “Home Box Office” (algo así como la “Taquilla en Casa”). Su programación, basada en el estreno de películas ya exhibidas en cine y en películas y series de producción propia (Los Soprano, The Wire, Hermanos de Sangre, Sexo en Nueva York…) alumbraron una nueva era para la televisión. Producciones originales que no tenían nada que envidiar al cine, con historias y con diseños de producción que convirtieron a la pequeña pantalla en uno de los mayores espectáculos disponibles para el espectador, con la calidad como seña de identidad. El lema “It's not TV, It´s HBO” se convirtió en una casi religión para el seriéfilo, mucho antes de que la icónica marca empezara a desdibujarse en las “guerras del streaming”, al integrarse en los sucesivos contenedores audiovisuales de Warner Discovery (primero en HBO Max, y ahora en MAX).
El 1 de Noviembre de 2019, se lanzó simultáneamente en más de 100 países “Apple TV+”. Desde un principio fue una apuesta más que arriesgada por parte de la compañía de Cupertino, ya que irrumpía en un mercado dominado con mano de hierro por Netflix, y que empezaba a estar ya bastante saturado. El cuarteto de series iniciales (“The Morning Show”, “Para toda la humanidad”, “See” y “Dickinson”) fue en principio un tanto desalentador (al menos para mí), y durante su primer año de funcionamiento apenas mejoró con series como “Servant”, “Truth to be told”, “Fundación” (en su primera temporada) o “La Costa de los mosquitos”, lo que supuso de forma general cierta decepción (algunas remontarían en cuanto a su calidad en temporadas posteriores, y otras no lo hicieron nunca). Poner dinero y contar con los mejores, no garantizaba el éxito entre la pléyade de estrenos semanales con los que tenía que competir una plataforma tan minoritaria como la de Apple. Confieso que yo desesperado abandoné año y medio después, siendo bastante crítico con el planteamiento de muchos de los productos presentados, y esperando muy poco del servicio de cara a un futuro. Me equivoqué.
2022 fue probablemente el año que consolidó a Apple entre la seriefilia como la plataforma con mayor número de aciertos entre la oferta presentada por todo el negocio del streaming. La apuesta por confiar, mejorar y optimizar las nuevas temporadas de aquellas series en las que el equipo de contenidos creía firmemente (como en el caso de “Para Toda la humanidad”) unido a los éxitos globales y “mainstream” cargados de premios como “Ted Lasso”, a la compra inteligente de derechos de emisión de la ganadora del Oscar “CODA”, o a propuestas arriesgadas como “The AfterParty” o “Schmigadoon!”, que en otras plataformas nunca se hubieran emitido, acabaron por consolidar una idea cada vez más “a contracorriente” en el mundo del contenido bajo demanda.
La exigencia de calidad e innovación como aspectos diferenciales frente al resto de la competencia, que se había convertido desde la época de Jobs en marca de la casa para todos sus productos tecnológicos, se acabó finalmente trasladando a la perfección a su producción audiovisual. La vieja máxima de HBO de producir contenido y de contar historias bajo los estándares de la producción cinematográfica en salas, parecía ser la hoja de ruta a seguir. A día de hoy, éste parece seguir siendo el camino elegido por Tim Cook para el servicio.
Casi cuatro años después, Apple TV+ no sólo ha conseguido añadir un mayor valor de marca a la empresa global, sino que ha sabido construirse una identidad propia que se sustenta en el “poco y bueno” basándose en unos altos estándares de calidad, que la han posicionado de forma sorprendentemente rápida dentro de un mercado que se vuelve más espinoso con cada mes que pasa.
En la última presentación trimestral de resultados, Apple anunció que ahora tiene mil millones de suscriptores de pago a sus servicios, y que los ingresos de estas ventas han alcanzado un máximo histórico. Cierto que dentro de esos servicios están la música, el almacenamiento en la nube, las aplicaciones de la tienda y la televisión, y que no sabemos cuantos pertenecen a ésta última parte; pero no deja de ser sorprendente y tranquilizador en cuanto al rumbo y las decisiones tomadas respecto al “streaming” de series y películas (las cuales por cierto, comenzarán a explotar en salas de exhibición cinematográfica este otoño, empezando con las últimas cintas de Scorsese y Ridley Scott). Apple aprende deprisa.
Construyendo Ecosistema
En repetidas ocasiones se suele despachar las razones por las cuales Apple tiene su propio servicio de televisión con la coletilla de “es para vender más iPhones (o iPads o Macs)”; una versión demasiado simplista, proveniente casi seguramente, de analistas que no están inmersos dentro de las dinámicas del consumo de productos de la manzana. Cualquier usuario de varios de los productos o servicios de Apple sabrá que la realidad es mucho más profunda y sutil.
Apple lleva desde los tiempos de Jobs, tratando de crear un completo ecosistema de dispositivos tecnológicos, aplicaciones y servicios perfectamente entrelazados entre sí, de cara a cubrir, en el mayor número de campos posibles, las necesidades de consumo y disfrute de sus usuarios. Puede que en 2002, iTunes fuera una herramienta perfecta para aumentar las ventas del dispositivo de reproducción musical iPod (personalmente yo creo que fue más bien a la inversa); pero la realidad casi 20 años después, es desde luego mucho más compleja.
La apuesta de Apple por sus servicios siempre ha tenido un objetivo básico, y no es tanto atraer a nuevos usuarios a su ecosistema, sino retener a aquellos que ya están inmersos en él. Por supuesto que no se renuncia a lo primero (de ahí que la aplicación de televisión se pueda encontrar en dispositivos ajenos a la marca), pero realmente obedece a un “completismo” basado en que el usuario fiel a Apple no sienta la necesidad de buscar fuera de Apple, lo que ésta ya le ofrece. iCloud nunca superará a Dropbox, pero es tan cómodo de contratar y está tan bien integrado dentro de los sistemas operativos de los dispositivos a los que sirve, que muy pocos (quizás aquellos con unas necesidades más profesionales de almacenamiento) finalmente se verán obligados a adoptar la solución externa. Lo mismo sucede con Apple Music y Spotify, donde la primera jamás ha logrado superar a la segunda en ningún aspecto, salvo en el de la integración con los auriculares y altavoces inteligentes de la propia compañía. Inmediatez y comodidad dentro del ecosistema y que siempre te resulte más cómodo la permanencia en él que fuera del mismo (en la mayor parte de las circunstancias).
Y con la televisión pasa igual. No es tanto tener el mejor servicio de streaming del mercado, sino uno lo suficientemente bueno para que, el ya usuario de Apple que sólo quiera tener uno o dos de ellos contratados, elija Apple TV+ por delante de otras opciones. Por eso no importa tanto la cantidad de estrenos semanales, sino la calidad y capacidad de retención de lo que se estrena. Y claro, la integración del servicio dentro de los iPhone, iPad, Macs y Apple TV (la set top box) resultan igualmente determinantes.
Apple no necesita dar números de su televisión para contentar a sus inversores cada trimestre (los da genéricamente dentro del apartado Servicios como comentaba antes), ni necesita ser percibida como “el servicio que hay que tener sí o sí” por el público en general. Le basta con tener un buen porcentaje de sus usuarios a bordo, con un alto grado de satisfacción. El iPhone nunca fue el teléfono con la mayor cuota de mercado, solo necesitó ser “algo más” respecto a la competencia. Un referente en innovación y en calidad.
¿Y cómo se consigue ser un referente en innovación y calidad en una plataforma de “streaming”? Veámoslo.
La percepción de la diferencia
En tiempos de postguerra y hambruna dentro del “streaming”, donde todos necesitan ser rentables y recortar, Apple sigue siendo percibida como el “pariente rico” que sigue arrojando billetes en sus proyectos sin preocuparse demasiado por el resultado. Por supuesto que cancela aquellas series con bajo número de visionados o de porcentaje de visualización completo de la temporada, al igual que el resto; pero no parece necesitar vender sus productos a las FAST o retirar cosas del catálogo, ni rebajar un ápice la inversión, para dar la visión que considera ser la correcta a la hora de narrar sus historias. El diseño de producción incluso de las series que pueden renquear en otros muchos aspectos (caso de la vilipendiada “The Crowded Room”) suelen ser altísimos. Las series incluso que no cubren las expectativas de una primer temporada (caso de “Fundación”) pero que son apuestas del servicio, siguen recibiendo el mismo trato y cariño a la hora de narrar visualmente de forma espectacular los mundos en los que se desarrollan sus historias. La ventaja de tener ingresos por muchos otros medios diferentes al del “streaming” o al del entretenimiento (al igual que sucede con Amazon), resulta una ayuda demasiado importante como para no obviarla; sobre todo cuando toca comparar la inversión (a veces a fondo perdido) respecto a las necesidades de otras empresas mucho menos, o nada diversificadas como Netflix. Apple se gasta el dinero en sus producciones y procura que se note, porque (de momento) sus problemas suelen tener una solución tan sencilla (y perdonadme el simplismo) como subir el precio del siguiente iPhone cada año.
En Apple TV+ el 4K no se negocia, ni es un “lujo asiático”, como es en el resto de sus competidoras. La calidad de imagen debe de ser la máxima posible, porque es en sí, un signo de distinción. La cuota va acorde al aún pequeño catálogo (7€ al mes a día de hoy), y aunque es probable que veamos pronto una versión más barata del servicio con anuncios, destinada a rentabilizar económicamente mejor su inversión, no es una necesidad inmediata para subsistir. Aquí las series no desaparecen del catálogo de la noche a la mañana.
De la misma manera, no hay problema en compartir cuenta; claro que… estar en un núcleo familiar de Apple, conlleva unas implicaciones más allá de los servicios que se comparten (localización, cargo en tarjeta al cabeza de familia de todo lo que gastan sus familiares, control de lo que los miembros descargan) suficientes para disuadir la compartición con “forococheros” o amiguetes del Telegram.
De la misma forma, el servicio busca “prestigiarse” por la vía rápida (como hacían los nuevos ricos del siglo XIX) rodeándose de los mejores, de las más rutilantes estrellas y creadores, como parte de su estrategia de ser percibida como una apuesta de calidad. Pero lo curioso es que esto no sólo lo hace de cara al consumidor final, sino también (y sobre todo) de cara al profesional del entretenimiento: “Si trabajo con los mejores, los mejores querrán trabajar conmigo”. A éste respecto, resulta muy ilustrativa la campaña publicitaria protagonizada por Timothée Chalamet, que cumplía esa doble función de mostrar al público un catálogo lleno de celebridades, y a la vez hacer un guiño a todos los actores y directores (entre ellos Chalamet) que aún no había pasado por "Casa Tim”.
Una de las mayores inquietudes en el lanzamiento de la plataforma, fue la afirmación de Tim Cook de producir series que se pudieran mostrar públicamente en las tiendas de la empresa, reproduciéndose en todos sus dispositivos delante de público familiar. A medida que el catálogo fue ampliándose, afortunadamente esto dejó de seguirse a rajatabla. Es cierto que Apple cuenta con un buen puñado de series de “blanco nuclear” (capaces de sonrojar, por edulcoradas, al mismísimo Spielberg), pero incluso sus comedias más aparentemente blanditas como “Ted Lasso” o “Terapia sin filtro” cuentan con un montón de chistes subidos de tono, y fuera de toda censura. El criterio “netflixero” de tener producciones para todo tipo de público y que toda la industria ha seguido a rajatabla (de ahí que HBO ahora sea MAX quitándose esa vitola “gafapastil”), ha tenido su continuidad en Apple.
Por otro lado, cuando Apple irrumpió en el “streaming”, lo hizo adoptando su propia fórmula de dosificación de episodios de una temporada. Netflix siempre apostó por el visionado en maratón o “binge-watching”, al menos hasta abrazar el estreno de la temporada en dos tandas con vistas a alargar y rentabilizar las suscripciones y evitar la rotación de plataformas. HBO, Disney y el resto siguieron el modelo tradicional de episodio semanal del cable y las “network”; pero Apple, apostó desde el primer día por algo que las demás han acabado igualmente abrazando: El estreno de varios episodios de inicio (normalmente dos o tres) con posterior entrega semanal; un modelo mixto que permite al espectador engancharse al producto de forma más consistente, para igualmente después atarle en el “semana a semana”. Todo un acierto.
Dentro del catálogo de Apple se perciben además dos tendencias muy importantes e inusuales a la hora de dar luz verde a nuevos proyectos: La apuesta por la comedia (en episodios de menos de media hora) y por la Ciencia-Ficción (bastante más costosa de producir que otros géneros). Lo de la comedia, resulta especialmente asombroso, si lo comparamos con los continuos y fallidos intentos de Netflix por producir exitosamente este tipo de producto. Las comedias de Apple no han dejado de darle alegrías a la plataforma: Desde la serie insignia todos estos años abonada al Emmy, “Ted Lasso”, hasta ejemplos tremendamente exitosos como “The AfterParty”, “Terapia sin filtro” o “Platónico”. Series blancas, pero con unos diálogos cafres e irreverentes que despiertan la sonrisa fácilmente y hacen que el espectador se acabe entregando a sus protagonistas.
Asimismo, el despliegue en el diseño de producción y puesta en escena que requieren series como “Fundación”, “See”, “Silo” o “Para toda la humanidad” confirman el total convencimiento y compromiso con un género, sólo apto para aquellos que tienen y quieren gastar mucho dinero. Para el espectador, recibir este tipo de adaptaciones, no es sino un regalo; y más en los tiempos de recortes en el “streaming” que nos toca vivir. Denota también una fuerte filiación tecnológica y un sueño compartido por el futuro, que por otro lado, tiene su correspondencia en la presentación por parte de la misma Apple, de productos como las “Vision Pro”.
A este respecto, cabe destacar un último rasgo de las producciones y forma de trabajar de la empresa en sus producciones. Apple pule, corrige y amplifica las segundas (y sucesivas) temporadas de sus series como si de sus propios sistemas operativos se tratara. Es una forma de trabajar sorprendente, porque denota una filosofía completamente tecnológica de perfeccionamiento del producto, heredada del propio Steve Jobs. De esta manera, “Para Toda la humanidad” que en su primera temporada era casi historicista o incluso costumbrista, sufrió, lo que no podemos dejar de calificar como un “Upgrade” en su segunda Temporada, dando paso a un relato mucho más emocionante y propio de la ciencia-ficción. Lo mismo ha sucedido con la segunda temporada de “Fundación”, donde la aventura galáctica parece estar imponiéndose poco a poco a las disquisiciones filosóficas de Hari Seldon. Y probablemente pasará en unas semanas con la segunda parte de “Invasión” esa serie más cercana a una co-producción franco-iraní de festival de cine, que a un producto de ciencia-ficción (por su carácter cerrado e intimista) y que como al final de su primera temporada, parece estar dispuesta a dar el salto que todos le pedíamos. Al igual que el Apple Watch “Series 0”, que el primer iPad o que el Mac OS X de 2001… los prototipos, dejan su lugar a productos en constante evolución y mejores acabados. Pura filosofía Apple.
Mis Series de AppleTV+
Recomendar una plataforma sin recomendar sus series, no tiene mucho sentido. Así que no podía terminar este artículo sin recomendar aquellas series del catálogo que en lo personal me han supuesto una mayor satisfacción y que a la postre han hecho, que cambie de forma radical mi percepción hacia un servicio, que despertó allá en su presentación todas mis dudas, y que a día de hoy ha conseguido convertirse en aquel que pago con más gusto. Así pues, “for your consideration”, éstas son las series de Apple que se han ganado un sitio en mi corazón.
Acapulco (T1 y T2 completas)
«Acapulco» cuenta la historia de Máximo Gallardo (Enrique Arrizon), un chico de veintitantos años que consigue el trabajo de sus sueños como camarero en el mejor complejo turístico de Acapulco. Sin embargo, pronto se da cuenta de que el trabajo es mucho más complicado de lo que imaginaba y de que, para hacerlo, debe aprender a manejar las exigencias de la clientela, a un mentor voluble y una complicada situación familiar y sin caer en tentaciones ni atajos.
Las gotas de Dios (Completa)
«Las gotas de Dios» transcurre en el mundo de la gastronomía y los grandes vinos. El francés Alexandre Léger, autor de la famosa guía de vinos Léger y figura emblemática de la enología, acaba de fallecer en su casa de Tokio a los 60 años. Atrás deja a su hija, Camille (Fleur Geffrier), que vive en París y llevaba sin ver a su padre desde los nueve años, cuando este se separó de su madre. Cuando Camille viaja a Tokio y lee el testamento de Léger, descubre que su padre le ha dejado una extraordinaria colección de vinos, la mayor del mundo según los expertos. Sin embargo, para reclamar la herencia, Camille debe competir con un joven y brillante enólogo, Issei Tomine (Tomohisa Yamashita). El duelo entre la hija biológica y el hijo espiritual está servido. Deberán superar tres pruebas relacionadas con la cata de vinos. El vencedor se quedará con el imperio de Léger, mientras que el perdedor se irá con las manos vacías. ¿Cómo puede Camille ganar este duelo? No sabe nada de vinos y lo que es peor: no ha probado nunca una gota.
Leer Reseña AQUí
Encerrado con el diablo (Completa)
En esta miniserie inspirada en hechos reales, cuando Jimmy Keene (Taron Egerton), futbolista estrella de su instituto e hijo de un policía condecorado, es condenado a 10 años en una prisión de mínima seguridad, le dan una oportunidad única en su vida: entrar en una prisión de máxima seguridad y hacerse amigo de Larry Hall (Paul Walter Hauser), un presunto asesino en serie desquiciado, o quedarse donde está y cumplir toda su condena sin opción a libertad condicional. Pronto, Keene se da cuenta de que su única salida es conseguir una confesión y averiguar dónde están enterrados los cuerpos de varias niñas antes de que se estime el recurso que ha presentado Hall. Pero, ¿está diciendo la verdad este presunto asesino? ¿O es solo otro cuento más de un mentiroso en serie? Esta dramática y cautivadora historia da un giro al género criminal, al contar con la ayuda de las mismas personas encarceladas para resolver sus propios misterios.
Fundación (T1 y T2 en curso)
Basada en las premiadas novelas de Isaac Asimov, “Foundation” gira en torno a un grupo de exiliados en su afán por salvar la humanidad y reconstruir la civilización ante la caída del Imperio Galáctico.
Invasion (T1 y T2 el 23 de Agosto)
El nominado a un Óscar y a dos Emmy Simon Kinberg y David Weil son los productores de «Invasión», una ambiciosa serie dramática de ciencia ficción que sigue una invasión alienígena a través de distintas perspectivas alrededor del mundo. «Invasión», protagonizada por Shamier Anderson, Golshifteh Farahani, Sam Neill, Firas Nassar y Shioli Kutsuna, transcurre en distintos continentes.
Pachinko (T1 completa)
Esta historia tan íntima como épica parte de una relación prohibida y tensiones románticas para acabar convirtiéndose en un drama generacional que narra una historia inolvidable de guerra, paz, amor, pérdida, triunfo y castigo a medio camino entre Corea, Japón y Estados Unidos.
Leer Reseña AQUí
Para toda la Humanidad (T1, T2 y T3 completas)
En “Para toda la humanidad”, Ronald D. Moore (“Battlestar Galactica”), nominado a un Globo de Oro y ganador de un premio Emmy, nos cautiva con una historia alternativa de nuestro mundo. A través de las vidas de los astronautas, los ingenieros y sus familias, imaginamos qué habría pasado si la carrera espacial mundial no hubiera terminado y el programa espacial hubiera seguido siendo el centro de las esperanzas y los sueños de los estadounidenses.
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Separación (T1 completa)
Ben Stiller, director y productor ejecutivo, y Dan Erickson, creador, están detrás de «Separación». Mark (Adam Scott) dirige un equipo de oficinistas en Lumon Industries cuyos recuerdos se han separado quirúrgicamente entre los de su trabajo y los de su vida personal. Este insólito experimento de conciliación laboral se pone en tela de juicio cuando Mark se ve inmerso en un enrevesado misterio que le obligará a enfrentarse a la verdadera naturaleza de su trabajo... y de sí mismo. Serie escrita y creada por Dan Erickson. Mark Friedman, Chris Black, John Cameron y Andrew Colville son productores ejecutivos junto a Erickson. Ben Stiller, Nicky Weinstock y Jackie Cohn son otros de los productores ejecutivos a través de su firma Red Hour Productions, y tanto Patricia Arquette como Adam Scott ejercen labores de producción. El estudio encargado del rodaje es Endeavor Content.
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Silo (T1 completa)
«Silo» narra la historia de los diez mil últimos habitantes del planeta, que se protegen del entorno tóxico y devastador de la superficie en una guarida situada a más de un kilómetro de profundidad en las entrañas de la Tierra. El origen del silo es desconocido y no se sabe ni por qué ni cuándo se construyó, y cualquiera que intente averiguarlo se enfrentará a terribles consecuencias. La serie está protagonizada por Rebecca Ferguson en el papel de Juliette, una ingeniera que busca respuestas sobre el asesinato de un ser querido. En su cometido, se encuentra con un misterio que va mucho más allá de lo que jamás se hubiera imaginado y que la lleva a descubrir que, si las mentiras no acaban contigo, la verdad lo hará.
Slow Horses (T1 y T2 completas)
Esta serie dramática de espionaje con toques de humor negro narra la historia de un equipo de agentes del servicio de inteligencia británico que, por cometer errores que acabaron con sus carreras, terminan trabajando en una sede abandonada del MI5. Bajo el mando del infame Jackson Lamb, un líder tan genial como irascible, se adentran en los artificios del mundo del espionaje para defender a Inglaterra de fuerzas siniestras.
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Swagger (T1 y T2 completas)
Las experiencias de Kevin Durant, superestrella de la NBA, son la fuente de inspiración de «Swagger», una serie que explora el mundo del baloncesto juvenil y las historias de los jugadores, las familias y los entrenadores que viven a medio camino entre los sueños, la ambición, el oportunismo y la corrupción, así como lo que significa criarse en Estados Unidos fuera de la cancha.
Ted Lasso (T1, T2 y T3 completas)
Jason Sudeikis interpreta a Ted Lasso, un entrenador de fútbol americano de andar por casa procedente de Kansas al que contratan como manager de un equipo de fútbol inglés a pesar de no tener ninguna experiencia en el deporte rey. Además de protagonista, Sudeikis es productor ejecutivo junto a Bill Lawrence (“Scrubs”) de Doozer Productions con la colaboración de Warner Bros. Television y Universal Television, una división de NBCUniversal Content. Jeff Ingold de Doozer también es productor ejecutivo y Liza Katzer es coproductora ejecutiva. La serie está desarrollada por Sudeikis, Lawrence, Joe Kelly y Brendan Hunt, y se basa en el formato y los personajes de NBC Sports.
Y hasta aquí la última newsletter de la temporada. Espero que os haya gustado y que descanséis o al menos paséis con el menor calor posible, lo que resta del verano. Un abrazo muy fuerte a todxs, y nos leemos y escuchamos de nuevo en Septiembre, y a finales de agosto en el regreso del “Fuera de Series: Over the Top”.
020| No es Televisión, es Apple TV+
Grandiosa newsletter en la que desgranas todos los entresijos de esta plataforma, que como dices al principio no daba mucho por ella, pero que a día de hoy tiene unas series increíbles.
Una vez más un diez para esta newsletter que me tiene enganchado y consigue fijar mi atención completa tanto en formato de texto, de audio como por supuesto el mixto. El ritmo ( a veces desesperantemente ) lento pero constante de Apple no puede aparecer mejor reflejado. Solo el hecho de nombrar al Apple Watch Series 0 denota el regusto a veces agridulce que tenemos que sufrir los muy cafeteros ( o ex ) de la manzana aunque normalmente termine en un final feliz que nos haga tragarnos nuestras palabras ( véase el Apple Watch Ultra de mi muñeca jaja ). Gracias por las recomendaciones y deseando ya la vuelta de tus merecidas vacaciones.