007| Mamá, tenemos que hablar de Netflix (otra vez)
El fin de las cuentas compartidas abre una guerra entre plataforma y usuarios
Bienvenidos/as todas/os una semana más a la newsletter de los viernes, que esperemos esta vez haya llegado sin incidencias. Vayan por adelantado mis disculpas, ya que la semana pasada “Substack” tuvo problemas técnicos y justo coincidieron con la hora a la que estaba programada nuestra publicación; el resultado, que algunos recibisteis el correo electrónico por duplicado e incluso por triplicado. Mil perdones y esperemos que no vuelva a suceder.
Este viernes programa doble (y el que viene también)
Hoy habréis recibido también una newsletter doble, pero no por un problema técnico, sino porque este viernes tenemos podcast y newsletter (voy finalmente a concentrar en los viernes todo lo que publique en audio o texto). En el podcast (que por cierto, también podréis encontrar a partir de ahora en iVoox aquí) os cuento en casi 50 minutos “Cómo elegir serie y no dormirse en el intento”: Qué hacer o mejor no hacer, de quien fiaros cuando alguien os recomienda algo, e incluso que App para seguimiento de series instalar. Espero que os guste.
Mañana por cierto grabo el primer “Over the Show” que espero podáis escuchar el viernes que viene aquí mismo. Muchos nervios por el estreno y por poder grabar después de tanto tiempo con alguien tan querido para mí. No es un nuevo podcast, sino episodios especiales monográficos dedicados a una serie o temporada completa con “spoilers” que siempre tendrán a uno o varios invitados acompañándome al otro lado del micrófono. El viernes que viene, más.
Esta semana hemos tenido primero una mala noticia, ya que “Sky Showtime” llegará finalmente el 14 de febrero, pero tristemente llegará a todos los países previstos excepto a España y Andorra. Se trata de un retraso para el cual no han dado ninguna explicación, y que quizás pueda tener que ver (opinión personal) con la integración del servicio inicialmente en algún paquete convergente de telecomunicaciones patrio (véase Movistar+). Estaremos a la espera.
En segundo lugar, el otro tema de la semana ha sido la publicación en la web de soporte de Netflix del sistema adoptado por la plataforma para acabar de forma inminente con las cuentas compartidas. Unas medidas que se irán implementando poco a poco pero inexorablemente, y que en mi opinión no buscan taxativamente obligar a los que comparten a dejar de hacerlo, sino ponerles las suficientes trabas para “convencerlos” de que es mejor, y sobre todo más cómodo, tener su propia cuenta
Tenemos que hablar de Netflix (otra vez)
En episodios anteriores de “Over the Top”, ya hablamos de la fragilidad emocional de los accionistas de Netflix, del bache que pasó a principios/mediados del año pasado cuando por primera vez perdió suscriptores, de cómo Netflix es un “tiburón” que necesita ir siempre hacia adelante para contentar a sus inversores, y finalmente del cambio de tendencia a la hora de que Wall Street juzgue una plataforma, poniendo el acento en el beneficio neto por suscriptor, más que en el número total de los mismos.
Netflix presentó resultados (eufórica) hace algunas semanas porque obviamente sigue siendo el líder (en número de suscriptores y en lo de acaparar “la conversación”), porque aseguran que su plan con anuncios está despegando bien, y porque tras las pruebas “sudamericanas” han hecho cálculos y creen que el fin de las cuentas compartidas les va a proporcionar algunas bajas pero sobre todo muchas altas nuevas. El “FOMO” es mi señor y nada me falta.
¿Es oro todo lo que reluce? Nop. La cancelación de “1899” sacó a la palestra que las cifras de visionado de series completas ya no son lo que eran y que su liderazgo se debe en parte a que los demás están aún peor, y a que la mayor parte de la gente sigue creyendo que es la plataforma que “hay que tener”.
Pero en realidad el modelo de Netflix hace tiempo que dejó de ser sostenible. Un modelo que tras unos primeros años de excelencia viró hacia la cantidad por encima de la calidad, asentando en la opinión pública el concepto de que eso era lo más importante: “Netflix es la mejor porque es la que más tiene y la que más estrena…” pero claro, en realidad… ¿qué estrena?
El modelo de “Binge Watching” (estreno de la serie completa para maratonear) implantado por Netflix y casi seguido en solitario por la plataforma, cada vez más está puesto en tela de juicio: Estratégicamente, porque genera éxitos efímeros con muy rápida fecha de caducidad (es lo que tiene la conversación, que viene y se va) y en un sentido social porque genera ¿adictos? más que espectadores, convirtiéndonos en una suerte de “coprófagos” de series (al menos esa es mi visión), y donde son las series (que Netflix quiere) las que nos eligen a nosotros, y no nosotros los que elegimos las series. Éxitos como “La Casa del Dragón”, “Los Anillos de Poder” o la reciente “The Last of Us” no dejan de demostrarnos que la entrega semanal acaba teniendo un impacto mayor a medio y largo plazo.
Ese vive deprisa, consume deprisa, no pienses ni paladees (no sea que te des cuenta de lo que te estás tragando) parece haber sido la filosofía que se ha instaurado en la empresa de “streaming”. Un modelo voraz que necesita estar vomitando novedades al catálogo sin parar, y crecer y dar beneficios igual de rápido y de forma continuada. Todo ello, se ha traducido en continuos aumentos de cuota (18€/mes a día de hoy por ver series en 4k frente a los 9€/mes habituales de la competencia) que la gente ha soportado prorrateando el coste entre varios, y que va a escribir su último capítulo en la guerra por poner fin a las cuentas compartidas. Una guerra contra algunos de sus propios usuarios, de muy delicado desenlace.
Y ojo! Una guerra en la que el resultado servirá de guía a HBO, Disney y todas las demás, que esperan ansiosas que camino tomar para lograr la senda de la rentabilidad y de la paz espiritual.
Netflix contra el Pueblo
¿Y cómo piensa acabar Netflix con las cuentas compartidas? Pues ni ellos lo tienen aún demasiado claro como cuentan los compañeros de GENBETA aquí en un artículo fechado ayer mismo.
En un principio se habló de tener que conectarse al menos una vez cada 31 días al servicio desde la “Wifi” (IP) del domicilio titular de la suscripción, con todos los flecos que eso conlleva en cuanto a segundas residencias y el caso de servicios de internet con IP dinámica. Junto a esto se hablaba de tener que introducir un código cada 7 días vía mail del contratante, todo para dificultar en lo posible que los “gorrones” o co-suscriptores disfrutaran del servicio. Pero ¿Y ahora?
Esto es lo que dice Netflix a día de hoy sobre dejarle la cuenta a quien no comparte cama o mantel con nosotros:
Un momento, esa última frase…¿No te cobrará automáticamente? Esto suena a que han desestimado los “recargos especiales por compartir cuenta” como sí hicieron en la prueba que hicieron en Latinoamérica, pero no lo descartéis tan pronto. Ensayo y error y reevaluación de la situación trimestralmente, eso es lo que hará Netflix. La estrategia va a ser la disuasión, procurando no dar pasos en falso por adelantado.
Pero un momento… ¿Cómo verificarán cuál es el “Hogar Netflix”? Bueno, parece que serás tú el que lo indique amablemente junto a tu número de teléfono, donde te enviarán probablemente el código de activación para cada nuevo dispositivo lejos del hogar.
Bueno, pues ahora imaginad (yo es lo que vislumbro) que eso de meter el código de activación “cada cierto tiempo” en cuanto detecten que “ese dispositivo” (televisión) se conecta siempre desde “otra IP”, sea “cada poco tiempo”. ¿Cuantas veces al mes, a la semana, al día o a la hora? Pues me temo que dependerá de la persistencia en conectarse desde la otra dirección; sospecho que a la larga será más cómodo tragarse los anuncios de la suscripción “barata” que andar metiendo el código en vaya usted a saber que momentos del visionado: “¡Mamaaaaaaa, que Netflix me pide el código otra vez….! Dime cuál es que te lo habrán mandado al móvil.” Pues eso.
Y ahora vayamos con lo del apartamento en Torrevieja o la hija de Erasmus…
En resumen: Activaciones por código que molesten poco al propietario de la cuenta, y acaben aburriendo al co-suscriptor ajeno persistente, induciéndole por pura comodidad a abrir su propia cuenta. Lo de los recargos de 3€ por cuenta compartida, ya no lo veo tan claro a día de hoy (al menos en esta primera fase de la operación).
El Pueblo contra Netflix
Pero ¡Esto es España!… Un país donde nuestro héroe nacional en el fondo no es ni “El Cid”, ni Colón, ni el apóstol Santiago… sino “El Lazarillo de Tormes”. No hay nada que haga más feliz a un español que un “sin-pa”, porque es tema del que jactarse públicamente, y porque está en nuestra cultura (si hasta yo con quince años me colé en la “Abadía de Westminster” entrando por la salida y caminando hacia atrás).
Y claro, desde ya arranca el reto nacional de “pegársela” a Netflix y el “Me voy a dar de baja YA!”. En las últimas horas se inundan las redes sociales con todo tipo de recetas para comenzar la evasión del “Impuesto a la Compartición”, desde usar un VPN (habría que echar cuentas de por cuanto sale cambiar el “router” en comparación a sacarse el plan básico de la plataforma) hasta el caso del mail del titular compartido por todos los beneficiarios o las "comidas familiares” del domingo para que desde la abuela hasta "Periquín" se conecten con su perfil de Netflix y verifiquen que al menos cada 31 días estén viendo algo desde la IP del titular (aunque esto parece que ya no va a hacerse así, por ahora). Al final el “cueste lo que cueste" podría transmutar en el tan español "A mi nadie me dice…”
Pero ¿realmente merece la pena hacer la “juja”? El orgullo patrio es fuerte, pero la pereza es tan intensa en nosotros, como la fuerza lo es en los Skywalker. De los productores de “Pon algo en Netflix que no me apetece levantarme y meter en el cacharro un DVD”, podríamos tener un “Llama a tu cuñado Paco y que te dé el código” (si te sigues hablando con él tras la comida del domingo) o enciende el VPN. Sinceramente no lo veo.
Aunque la pregunta finalmente podría ser otra… Pero ¿de verdad merece la pena pagar por Netflix? Y con eso volveríamos al punto de partida y a la newsletter de hace tres semanas titulada “La Conversación” donde os contaba el precio por estar al día en determinadas series, de cara a comentarlas con la gente de nuestro entorno.
El Chollo de pagar una cuenta entre varios llega a su fin, y todos llenaremos las redes sociales con nuestra indignación, porque ir “de lo bueno a lo malo” se lleva peor que al revés. Pero al final, tendremos que dar solución al problema: Vivir al filo de lo incómodo (ya veremos si más), pagar nuestra propia cuenta o prescindir del servicio.
De momento seguro que la mayor parte de la gente optará por el “Tira p’alante y ya veremos”; y es lógico que las tuercas las apriete Netflix, y que sude cada vez que dé una vuelta de más a la llave inglesa esperando las reacciones de sus clientes; unos clientes a los que en otro tiempo de “vino y rosas” alentó en una práctica a todas luces muy poco ortodoxa como la de compartir cuenta (porque una cuenta compartida suele conllevar más problemas a la hora de darla de baja que una individual).
¿La Casa siempre gana?
Sin embargo, no seré yo el que defienda a Netflix ni mucho menos aunque entienda que está en su derecho de hacer lo que hace; como tampoco defenderé a los del “todo gratis”.
Personalmente lo que más me fastidiaría es que de una cuenta con calidad 4K pasáramos a tener tres HD “ready” en la familia (la mía sería desde luego intermitente). Y no sólo por la pérdida de calidad (pasando a tener una definición de imagen de otros tiempos), sino porque darle la razón a Netflix, sería abrir el melón para que el resto de plataformas hicieran lo mismo (que vuelvo a repetir, están en su derecho).
Netflix ganará más suscriptores, pero ojo! más volátiles. La razón para hacer lo que va a hacer, es simplemente la de aumentar los ingresos que le hagan más sostenible (pan para hoy y hambre para mañana), en lugar de obligarse, ella y el resto de plataformas, a racionalizar una industria sobredimensionada: Eligiendo mejor que estrenan y reduciendo el número de novedades casi diaria, o pasando a la emisión de episodio semanal de la que soy (como habéis podido comprobar) un acérrimo defensor.
El modelo actual es insostenible a medio o largo plazo, porque las cuentas de suscriptores no podrán multiplicarse eternamente como los panes y los peces, y las cuotas no podrán nunca subir “ab eternum” aún con una inflacción galopante como la actual. Sigo manteniendo que serán imprescindibles las fusiones y que empresas como Microsoft (mi apuesta en el caso de Netflix), que simplemente aguardan una crisis lo suficientemente grande en los resultados de la susodicha, como para comprarla a mitad de precio, terminarán siendo los dueños del “streaming” porque esto ya ha pasado antes, y acabó con Columbia Pictures en manos de Coca-Cola (y más tarde en las de Sony).
Pero de momento, la decisión es nuestra. ¿Qué estás dispuesto a hacer para seguir viendo Netflix? Lo que decidas tendrá una repercusión determinante en las guerras del “streaming”
Y hasta aquí todo por hoy. Espero vuestros comentarios a este post y al podcast también publicado este viernes en todas las formas de contacto habidas y por haber, incluido Mastodon donde todos somos amigos, reina la felicidad y comemos gominolas mientras surcamos el cielo a lomos de nuestros unicornios de colores. Un cordial saludo y hasta la semana que viene.
Todavía no he escuchado el podcast de hoy así que no se si lo comentáis ahí pero... ¿dónde puedo seguir ya Over the Show?
P.D.: ¡Genial newsletter como siempre!
Llevo con Netflix desde que llegó a España. Actualmente estoy pagando la tarifa para 4 dispositivos únicamente por tener 4K. Sigo suscrito por mis hijos, si por mí fuera hace tiempo que me habría dado de baja, la calidad del catálogo hace años que brilla por su ausencia, para mí se ha convertido en la telebasura del streaming. Dicho esto tengo dudas de que el fin de las cuentas compartidas conlleve necesariamente una disminución de abonados. Si cuatro comparten una cuenta, aunque varios de ellos decidan no pagarse su cuenta independiente me cuesta pensar que ninguno de los cuatro va a seguir con la suscripción. Otra cosa es que se reduzca considerablemente el número de visionados, porque de esos cuatro antiguos suscriptores ahora sólo continuarán siéndolo uno o dos. E incluso esto es relativo, ya que pienso que de esos cuatro, uno o dos seguiría pagando y uno o dos buscaría caminos “alternativos" para seguir viendo las series de la plataforma. Creo que la piratería vuelve a estar a la vuelta de la esquina.